El otoño se caracteriza por pintar el paisaje de tonos rojizos, amarillos y dorados. Tiempo de recoger la cosecha, vendimia y caída de la hoja. El otoño incluso anuncia que da comienzo la temporada fría del año.  Es también un indicio de que la luz del día comienza a perder fuerza. Para nosotros es un momento de transición, de búsqueda del equilibrio, de la rutina y la seguridad. Al igual que los arboles pierden sus hojas, nosotros también debemos de hacer una limpieza y seguir cargando sólo con lo que nos aporta, nos nutre y sobre todo, nos ofrece tranquilidad.

Según la Medicina Tradicional China, los órganos más activos y, por tanto, más sensibles en otoño son los pulmones y el intestino grueso. Con ellos, la piel, el olfato y vías respiratorias y el sistema nervioso.

La emoción que acoge este órgano, es la tristeza. Así que si tenemos el pulmón bajo de energía, seremos más sensibles a sufrir, pena, melancolía, o incluso, depresión. El desequilibrio energético de pulmón – intestino grueso a su vez, provoca problemas en las relaciones personales.

¡Hay que respirar! Respirar con conciencia. Este años más que nunca, debemos intentar buscar momentos en la naturaleza o aire limpio dónde respirar a pleno pulmón. Podemos visualizar una energía de color blanco que penetra en nuestros pulmones y al soltar el aire, visualiza que sueltas toxicidad, tristeza, impureza….Inhala presente y exhala pasado.

El Reiki nos ofrece la serenidad que necesitamos para llevar mejor esta de transición, cuidando de nuestra salud a la vez que te mantiene con ganas de vivir y sensación de plenitud en la vida diaria,

¿Cómo puede ayudarnos la Medicina Tradicional China?

Cualquier alteración física, orgánica o mental, repercute a nivel emocional y viceversa. Las técnicas de Acupuntura se encargan de equilibrar la energía de los órganos, lo que nos lleva a armonizar nuestra salud en general, por lo tanto nos sentimos mejor nos sólo físicamente sino anímicamente.

Con la rama del Chi Kung, trabajamos la energética de cada órgano y su emoción. Con movimientos lentos y fluidos, que hacen que la energía recorra nuestro cuerpo al ritmo y en el sentido necesarios. Además, estos movimientos suaves y armónicos siempre calman el corazón, que nos aporta serenidad y hace que aumente nuestra capacidad de concentración.

Estas técnicas también nos ayudan a incrementar las defensas de nuestro cuerpo, y fortalecer nuestro sistema inmunológico.

Deseo que tengas un delicado y saludable otoño.